Hoy las palabras de uno de mis profesores han provocado en mí una sensación de asfixia tremenda. He tratado de tranquilizarme a mí mismo pensando que todo iba a salir bien, que quizás yo no sería uno de los afectados negativamente. Pero sabiendo lo que he trabajado en la asignatura y viendo las estadísticas aprobados/suspendidos es más que probable que nada salga bien, al menos de momento.
Estas sensaciones que experimente, que me provocaron la charla de este señor; mediocridad, asfixia, agobio, etc., me rondaron por la cabeza durante toda la mañana y parte de la tarde hasta que pude poner mi mente en orden y localizar un atisbo de esperanza. Aunque para llegar el pase por una frase muy mítica, muy utilizada por todo el mundo, el punto álgido de la autocompasión me refiero a; “Lo que no nos mata, nos hace más fuertes”.
Pensad en esta frase. ¿Qué clase de chorrada es esa? No hay por donde cogerla. Pensadlo bien. Un ejemplo, romperte una pierna. Romperte una pierna no te mata, pero no te vuelve más fuerte, es más, te puede dejar graves secuelas que te incapaciten para acciones futuras.
No, una vez llegado a ese punto, el de la autocompasión y una vez superado dicho punto pude empezar a ver la luz al final del túnel, que no es más que la aceptación. Así es, decidí aceptar mi situación, pues de alguna forma esas sensaciones que me provocaron malestar no son más que el fruto de la semilla que yo plante. Si hubiera estudiado habría realizado un mejor ejercicio, de forma que no me sentiría agobiado y esta entrada no habría existido.
Pero eso no es todo, una vez llegada a la aceptación hay que avanzar, porque la vida es cambio. Si vivimos lentamente moriremos deprisa, es algo básico. Así que una vez llegados al punto de la aceptación debemos pasar al siguiente nivel, que a mí me gusta llamar Planificación. Planificación de un nuevo método de estudio, de una nueva forma de vida, de unos nuevos hábitos. Algo que nos ayude a mejorar, a salir de ese pozo de lamentaciones y nos deje ver el sol que hay detrás de las nubes.
Simplemente se trata de coger nuestras vidas, ponerlas frente a nosotros y verla desde diferentes ángulos. Porque puede que el camino más corto hasta un punto sea el más fácil, pero quizás no sea el mejor o el más apasionante. Además, seguir las huellas de otras personas no es divertido. Sembremos nuestros propios caminos.
Seguramente, si habéis llegado hasta aquí me estaréis odiando por haberme tirado tanto el rollo, pero echaba de menos este blog, y por fin pude dedicarle algo de tiempo. Gracias Mundo.